Pese a los agoreros y a los sepultureros de turno, empeñados en levantar acta de defunción de la pintura desde hace ya décadas, lo cierto es que este lenguaje, universal y milenario, continúa dando muestras de una muy buena salud creadora. Principalmente son los jóvenes artistas quienes siguen buscando y encontrando dentro de ella nuevas posibilidades y nuevos enfoques de expresión plástica. Ese es también el caso de Paloma Peña quien en la obra que presenta -quizás deberíamos decir obras- ha elaborado un interesante diálogo entre la imagen pintada, detenida sobre la superficie del cuadro, y la representación iconográfica en movimiento que aporta el videoarte. Juntos, ambos medios consiguen crear una nueva imagen que aúna la solidez formal de la pintura, sus texturas, matices, gestos y pinceladas, con la evanescencia y transparencia electrónica de la imagen proyectada. Dos relatos que tienen entidad propia en sí mismos pero que combinados nos ofrecen otra nueva y plural posibilidad perceptiva.

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Francisco Carpio Olmos

Crítico de arte ABC y Comisario EMERGE BBAA